Estimados amigos,
Qué gran tristeza para la familia de DISOP la increíble tragedia ocurrida estos días pasados en Filipinas. Y sobre todo qué enorme sufrimiento, no somos nadie ante las fuerzas de la naturaleza.
La tristeza es aún mayor porque afecta a personas cercanas, con las que trabajamos desde hace mucho tiempo, como es el caso de la extraordinaria labor llevada a cabo por la familia de Alex y Kathleen Cordero-Deckmyn y sus 5 hijos.
Ayer tarde nos informaban de que su casa, que había acogido a numerosas víctimas y sin techo, había quedado destruida por completo. Todo parece indicar que Alex no pudo sobrevivir… Gracias a Dios, Kathleen y sus hijos están sanos y salvos, y la familia de Alex se encuentra en situación segura.
Las Filipinas, y sobre todo Tacloban, han pasado a ser algo muy concreto en nuestras vidas.
Nuestros pensamientos y oraciones se dirigen estos días a las numerosas víctimas y en especial a la familia de Kathleen.
Os mantendremos al corriente de la evolución de la situación y os agradecemos vuestras muestras de interés y compasión.
A.F. Caekelbergh